AUTOMOVILISMO
'Chelo’ Salazar, un navegante sin frenos
En 24 años en los autos acumula 12 títulos de navegante a escala nacional y 16 departamentales.
Apenas dejó el uniforme, que le dotaron en el cuartel, Abel Salazar se subió a un coche de carrera en 1994. Sin pensar que sería su medio de vida emprendió una carrera sin frenos. Gracias a su buen comportamiento, conocimientos de electricidad y facilidad para leer la hoja de ruta se ha convertido en el navegante más exitoso del país.
Salazar ha ganado 12 títulos nacionales y 16 a escala departamental en los campeonatos de navegantes (paralelo al de pilotos). Subió al podio desde el primer acelerón. “La primera vez que corrí fue con Alex Salgueiro. Lo hicimos en un bugui en Cochabamba y terminamos terceros”, recuerda Salazar. Y es que la vida de ‘Chelo’ como lo llaman sus amigos y familiares transcurre en la butaca derecha de los coches de carrera. De un tiempo a esta parte compite en cuanto campeonato se le presente.
“Esto para mí es un trabajo, por eso siempre viajo solo. Mi familia lo entiende y me espera en casa”, dice muy maduro y consciente, mientras mira de reojo a su esposa Fabiola Yurquina, la madre de sus cuatro hijos. Este año decidió correr el nacional de autódromo y de rally, además del departamental de rally en Santa Cruz y el regional de Adevalle. En todos tiene chances de ser campeón.
La base del éxito
Además de un buen piloto, Salazar asegura que la tarea del navegante es clave para asegurar un campeonato en automovilismo. “Para ser exitoso en la carrera hay que saber hacer la hoja de ruta, porque hay que anotar hasta lo que no se ve”, dice orgulloso de la tarea que cumple cada fin de semana.
Salazar, a sus 43 años, ha competido en ocho de los nueve departamentos de Bolivia. El único suelo que aún no ha recorrido es el de Pando.
Con mucho camino por recorrer y lejos del retiro ‘Chelo’ aún no pierde las esperanzas de correr un rally mundial. “Ya estuve en el Dakar y si Dios quiere volveré a correr, pero estar en un rally mundial, sería un lindo sueño”, afirma este excelente copiloto que vive a mil por hora en una carrera sin límites por las rutas del país.